lunes, 14 de marzo de 2011

Te cuento que...

Te cuento que creo que me está agarrando conjuntivitis y eso me apapuchienta más, que me estoy volviendo adicta a ponerle acento a todo (¿será porque estuve en abstinencia por mucho tiempo?), que ahora me confunden con el Señor Garbarino y no me aflige, que me abstuve de las reglas y ahora soy invisible, que mi nariz está manchada de rojo y no entiendo bien porqué, que parece que mi miedo a llamar a los 0800 desapareció (por ahora). Te cuento que no tengo ganas de nada y tengo ganas de todo. Ganas de empezar, de leer y subrayar textos eternos, de cantar y que mi voz renazca, de ser anónima como Tony, de verte y que estemos tirados en una habitación mirando el techo sin cruzar palabra, tan simple como eso. Me encantaría ser una Maga. Una maga cualquiera, no importa. Sólo virtuosamente francesa. Y ahora eso de estar mal es tan raro...no solo porque me desacostumbré sino porque cambió el estado. Buscar en mi bolso algún objeto perdido solo provoca dolor y suspiros al igual que mirarme al espejo o el intentar peinarme.

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