Una vez más me abrís las puertas con una sonrisa cálida de oreja a oreja, sin pretensiones y sin esperar mucho a cambio. Sólo un poco de atención y tiempo. Ese lugar es para mi un espacio dónde puedo encontrar paz a pesar de los mil problemas que taladren mi cabeza, puedo sentirme a gusto hasta los días más fríos, ahí todo está bien aunque todo esté mal allá afuera, es otro mundo. Es mi mundo encerrado en esas paredes repletas de enredaderas -y alguna que otra rata-, con esa gente dispuesta a dar y entregar lo mejor de sí. Que bueno que nos encontremos otra vez y me acompañes en esta nueva etapa.
Me hacés feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario