viernes, 29 de abril de 2011

Invasión mandarina

Hoy, por fin, se pudo volver a poner el jean rotoso y la remera gastada que tiene manchas de tempera, y no hubo ninguna queja por parte del mundo exterior. "Nosotros somos de la generación anterior" le dijo él. Ella sonrió porque bien lo sabía, y aún más ahora que se sentía sapo de otro pozo con sus nuevos colegas. Pero tampoco le importa  bastante porque esta vez esta en la suya y no busca mucho más, menos depender de otros. Aunque si alguien le cuenta la anécdota de un flaco disfrazado de jugador de tennis con una ardilla en el hombro en el medio de un recital de Charly García no se va a quejar ya que de esa forma se le alegraría el día de forma inesperada. 
Lo que sí la tiene preocupada últimamente es su adicción a las mandarinas, no puede entender cómo una fruta aparentemente inofensiva puede ejercer tal poder sobre ella, como si la atrajera un campo magnético o tuviera poderes mentales. Desea que se le pase pronto, o no. Como dijo su madre: "Es mejor que te hagas adicta a la mandarina antes que a la pasta base". Muy cierto, muy cierto. 

2 comentarios:

  1. Muy lindo tu blog♥
    Te sigo, saludos
    http://iwontyourdrama.blogspot.com/

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  2. jajajja que genial lo que dijo tu mamá

    pollooooo♥

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