miércoles, 24 de noviembre de 2010

Un pez

Crece, se reproduce, como las manchas de humedad. Justo en el techo sobre la esquina, nadie percibe que esta ahí. Charla con los sentidos y sin tensiones ni moral. Es cuando caigo en su letargo, es que me doy cuenta en apariencia...Vamos ya! dejemos de pisar el juego. Ahí esta! lo que creí no era tan cierto. No doy fe, tu intención se abrió en mi gesto. El verdín provocó otro raspón. Pierdo el tiempo y me entrego, nada productivo para hacer, que la angustia se abra en mi. Entre lo que puedo quiero entender, ahí estoy siempre midiendo el riesgo para sentir y decidir . Podría lastimarme pregunte -podría ser así-. Sobre el musgo me eche a dormir. El estruendo de una ola es romper con el ultimo sonido escuchado ~


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Había una vez un pez, pero no cualquier pez. Un pez raro. Por qué? Porque quería volar. Y que un pez quiera volar no es cosa que se escuche todos los días....
















Ella se lo llevó, y no lo trajo nunca más conmigo.

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