Un tema que se resignifica a cada instante, cambia, muta, pero sigue siendo el mismo en su esencia. A veces te saca una sonrisa. A veces se pone introspectivo, encuentra tus peores miedos y te los muestra de la forma más macabra. Y otras veces simplemente hace que una lágrima de emoción salga casi tímidamente.
"El poder siempre manda. Si para tenerte aquí habría que maltratarte. No puedo hacerlo, sos mi Dios."
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