Evidentemente había algo más fuerte guardado en un rincón, escondido. Oculto de todos y de mí. Negando la realidad, mordiéndome los labios, no queriendo sentir nada. A veces uno cree que puede controlar esa estructura, esa coraza que se arma, ese ideal. Pero hay veces, que viene un viento y se te mueven todas las estanterías, amenaza con tirar todo su contenido al piso. Destruir lo creado. Se dice que hay veces, también, que es necesario desarmar para volver a inventar.
Hoy elijo dejarme llevar por ese viento y que me guíe el sol, porque evidentemente otra vez estaba haciendo las cosas mal.
Todo cae tarde o temprano.
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Volver a anotar los sueños en una libreta, para no olvidarlos.
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