Se sintió cómoda a pesar de su incomodidad al hacer regalos sorpresa que pueden salir mal (y ella muy bien lo sabe). Estaba muy segura de que las charlas de autos son muy intensas en general; pero no se imaginaba que esta, esta vez, venían con otra sorpresa incluida. ¡Y qué sorpresa! Un revoltijo de estómago y una bronca que no sentía hace mucho. Pero nada podrá contra ella ¡porque ahora se llama Carla! Que ironía de la vida que justo justo cuando tú te desquitas por las redes sociales yo me esté liberando y hablando de tu pelo canoso por este medio cuasi secreto.
Por muchos días como hoy. Por muchos "te quiero" al unísono.
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