Y al final de cuentas...

...esta brujita no se equivocó del todo...el 2011 se vino con cambios. Y qué cambios! Pero a pesar de todo no me quejo, era el momento y el lugar (aunque pienses lo contrario). Fue en el preciso instante en el que tenía que suceder, se le dio el tiempo necesario-ni más, ni menos-. Exacto. 
Se que no voy a dejar de comer ni de respirar (sobre todo de comer). No voy a dejar de hacer todo lo que hago, es más, estoy segura que voy a incluir muchas más cosas a mis días. No voy a dejar de reírme a carcajadas sin inniviciones, no voy a dejar de cantar con el alma, nadie se va a morir y los planetas no van a alinearse para convertirme en la persona más infeliz del mundo. Pero tengo la seguridad de que esa tristeza que me viene de a ratitos se debe a que voy voy a extrañar mil cosas. De hecho cada vez que empieza uno de esos mini-llantos es porque me acuerdo de alguna anécdota, algo de lo que hacíamos juntos, un chiste, una mirada, un beso, una canción, una sonrisa, una siesta, un paseo en bici, una tarde en la plaza, uno de esos abrazos...
En fin, se viene algo nuevo en muchos sentidos y creo que vamos a sacar algo bueno de todo esto, quizás algo mucho mejor. Confío en eso.


Que fluya