Todo estaba al revés. No mal, pero al revés.
Se durmió en un colchón que casi le llegaba a la rodilla, soñó que estaba ahí. La realidad era un sueño; estaba ella durmiendo en un colchón muy alto, hacía calor. La despertaron a besos sin consenso a las ocho menos diez.
A las nueve se fue a su casa.
A las diez se durmió una siesta, se sumergió profundamente en el sueño, desconectó los datos del celular.
A la una menos diez su hermano la llamaba por teléfono, atiende dormida y nadie contesta del otro lado. La vuelve a llamar, lo ignora.
A la una y veinte, después de posponer varias veces el despertador y las llamadas incansables, se despierta. Se levanta, activa los datos del celular y encuentra un mensaje de las diez y veinte de la mañana:
-Querés ir al teatro el domingo?
Ella sonrió.
-
Volver a volar y crear historias, dejarme llevar.
"La mente es como un paracaídas, funciona mejor cuando está abierta."
No hay comentarios:
Publicar un comentario