Mañana: ensayo, risas, recuerdos, una lágrima, música nuestra, pasos en falso que hacen reír.
Mediodía: amigos, asado, birra, un poco de sol entre tanto frío, mates, carcajadas, cabildo 500, más música.
Noche: asado por partida doble, sillón, abrazos, arte abstracto, enriedos, libros y películas.
Todo era perfecto, nada estaba mal. Pero sin embargo por momentos te extrañé, a vos y a él (que estaría feliz de comerse todos los huesos). Las miradas cómplices, un beso, los momentos separadas, los abrazos de a ratitos y dormirnos juntas cuando todos se hayan ido.
Ya no sé qué extraño, ya no sé para dónde voy. Sólo sé que te miro y me dan ganas de mil cosas. Te veo ahí, en todos los lugares que decidiste irte.
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