Sigo sintiendo esa angustia, ese agujero en el pecho sin razón. Esas ganas de llorar de la nada, ese empujón hacia el abismo del no saber. Tengo miedo de arruinarlo todo otra vez.
No supe ser la paz,
la hondura que no ahoga,
la risa que perdura,
la confianza que entrega.
No hay comentarios:
Publicar un comentario