El mirarse al espejo y no querer más ya se estaba volviendo rutina junto a las metas que jamás se cumplieron y la alejaron de su lugar, en el que se sentía segura. Esa palabra se perdió en la nada o en un día de lluvia parecido a una película yanki. A la deriva -en este caso- es algo desastroso. Se está complicando encontrar una isla entre tanto mar.
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